ENTREVISTA A SERGIO FUERTES REVISTA NUMERO 8 DE MOTOS MAGAZINE DE LA COMUNIDAD VALENCIANA

Vázquez entró cruzado en una curva y literalmente me atropelló. Pude rehacerme, y a pesar de verme relegado a la última posición, logré arrancar un punto.

¿Y la segunda prueba, en Jerez?

En Jerez salí a por todas, tenía buenas sensaciones y la moto respondía, aunque me quedé un poco estupefacto cuando comprobé que montábamos el mismo carenado arañado de la caída de Albacete. El primer día de entrenos, cuando estaba más acoplado a la moto, paré a mitad de tanda para cambiar neumáticos e intentar dar el tirón en el crono, pero, lamentablemente, los neumáticos nuevos no habían llegado desde el camión de Pirelli, por lo que perdimos mucho al tener que ir a recogerlos y montarlos. La verdad es que eso desanima a cualquiera. Sólo faltaba la escampada de aceite que hice por Jerez, ya que se me soltó el manguito del aceite y monté una que no veas. El resto de pilotos trataba de avisarme, pero yo iba a la mía, finalmente me di cuenta, después de un montón de latigazos que me daba la moto, y entré en el box. A pesar de todo hice el quinto. Al día siguiente, volví a tener mala suerte y para evitar a otro piloto me fui al suelo. Pero lo peor vino el día de la carrera: en el warm-up se me quedó enganchada la mariposa del acelerador en la curva más rápida del circuito y esa si que fue una buena castaña, luego, para colmo, no pude

salir desde parrilla ya que el depósito no estaba bien montado y perdía gasolina, así que tuve que salir desde el box. Salí muy descentrado, tuve una avería en el embrague y me tuve que retirar, allí acabó mi aventura en la Fórmula Extreme.

¿Por qué no corriste en Cataluña?

El lunes anterior a la carrera me llamó el jefe de equipo y me dijo que lo dejaba, que estaba muy cansado de aquello. Al parecer, algo no funcionaba como él esperaba y se acabó nuestra relación. Me había comprometido por dos años y de repente me había quedado sin nada. Mi sorpresa fue mayúscula cuando llegué a Montmeló a ver las carreras y allí nadie del equipo sabía nada, ni siquiera se había preocupado de avisar a nadie.

¿Cómo surgió lo de reengancharte en Supersport con Motosprint?

Traté de no perder el año, y disputar la Fórmula de Campeones o alguna otra carrera, y José, de Motosprint, me propuso hacer el CEV con una R6 de serie proveniente de un siniestro. Al principio me pareció una idea un tanto descabellada, pero como él es una persona de las que dan lo que no tienen y sacan de donde no hay, lo llevamos adelante. Lo decidimos un domingo, y el jueves ya teníamos la moto montada. Es una moto de serie, lo único que monta es un escape.Todo esto sucedía 15 días antes de la carrera

de Albacete, y sin embargo, allí estuvimos. Espero disputar el resto del campeonato y veremos el año que viene.

¿Qué tal la carrera de Albacete?

Estuve rodando en las tandas libres en 1’38, aunque finalmente bajé a 1’36 y acabé octavo de mi grupo, lo que me permitió salir en cuarta línea de parrilla. Es una categoría muy competida, hay por lo menos 10 pilotos que salen con opciones claras de ganar, ya que gozan de muy buen material y potentes escuderías. Yo, con esta moto, debo incluso modificar las trazadas con respecto a estos pilotos, ya que me cuesta mucho más acelerar a la salida de la curva. Para que te hagas una idea: ellos llegan al viraje, apuran muchísimo, tumban la moto y salen rapidísimo. La mía sale de las curvas mucho más lenta. A pesar de todo aguanté bien, pero cuando rodaba en decimosegunda posición, a dos vueltas del final me fui al suelo.

Por cierto, entre todo esto, ganaste en una de las pruebas con más solera, en la de la feria de Xàtiva...

Sí, una copa más. Tenía pensado participar, y Javier Oltra, quien se rompió un dedo corriendo en la Bañeza –a pesar de todo ganó-, me prestó su moto, con la que gané la prueba de 125cc. Es agradable ganar una prueba con tradición y que ya ha celebrado 51 ediciones.

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